Tras las inundaciones que afectaron a Emilia Romaña en mayo, las perturbaciones económicas y los graves daños sufridos por la producción agrícola, las bodegas locales planearon iniciativas en toda la región con el objetivo de volver a poner en marcha el sector vitivinícola.
Con motivo del evento Frizz’arte, organizado el 27 de julio por la bodega Forlì Predappio, el SVC reunió a todo el equipo para visitar a antiguos colegas y clientes, planificando un recorrido por las bodegas que habían construido y con las que habían trabajado a lo largo de los años.
El viaje permitió apreciar su evolución a lo largo del tiempo y observar estas realidades en el delicado momento que precede a la vendimia, caracterizado por la fuerte alegría y la esperanza de otorgar un fruto excelente, este año más preciado que nunca teniendo en cuenta el peligro de asfixia radicular en las viñas.
La bodega social de Forlì Predappio, premiada como una de las más antiguas de Italia por Fedagri-Confcooperative, fue fundada en 1908 y cuenta con una planta dotada de moderna tecnología y espacios adecuados para la vinificación de unos 500.000 quintales de uva, conferidos por más de 2.500 viticultores asociados.
El Director General, Bruno Ranieri, nos guió al interior del corazón productivo de la bodega, donde equipos de última generación van de la mano de escrupulosos controles analíticos, garantizando altos estándares de producción que a menudo no se dan por descontados en asociación con volúmenes tan grandes. La empresa se ha desarrollado exponencialmente en poco tiempo gracias también a la estrecha colaboración con el Grupo Caviro en proyectos de calidad, confirmando, tras más de un siglo de actividad, su intención de mejorar y crecer.
De las catas, de hecho, pudimos comprender el nivel de selección y experimentación llevado a cabo aguas arriba y la consiguiente mejora del producto final. Con gran satisfacción apreciamos los excelentes resultados obtenidos.
La inversión en tecnologías modernas es posible gracias al modelo empresarial cooperativo, que permite importantes perspectivas de ingresos y representa, en el mercado actual cada vez más dinámico, la fuerza de la agregación.
Se respeta y eleva el espíritu de sus socios fundadores, haciendo hincapié en variedades de uva antiguas (Albana, Cagnina, Rubicone, Pagadebit, Trebbiano y Sangiovese) en un intento de desarrollar un nuevo proyecto vitivinícola local, ¡que creemos que ha tenido éxito!
El ambiente dentro del parque que acogió el evento fue acogedor y agradable, y nos permitió, durante la degustación, entrar en contacto con una serie de hábiles artesanos y productos gastronómicos locales presentados en forma de comida callejera, todo ello a las notas de un delicioso giro complejo.
Como siempre, la calidez de esta maravillosa tierra nos brindó un momento inolvidable.