Antinori in Chianti Classico ganó recientemente el premio a la mejor bodega del mundo en los «World’s Best Vineyards 2022«; un triunfo absoluto que también lleva la firma del SVC Winery Project, que apoyó la realización y el diseño de esta magnífica y muy visitada bodega.
La arquitectura de esta bodega no ha alterado el curso topográfico del paisaje, se trata de un proyecto completamente subterráneo de gran tensión expresiva en el que se utilizaron materiales naturales encontrados in situ como la terracota, la madera y el corten.
La estructura es el resultado de siete años de trabajo y se diseñó con la intención de combinar funcionalidad productiva y belleza estética.
Su imponencia se disimula mediante la construcción de un tejado de viña caracterizado por dos cortes horizontales que permiten la entrada de luz.
Las grandes barricas subterráneas, en las que el vino completa su lento proceso de maduración, encajan perfectamente en los pliegues naturales de un paisaje que no ha sido alterado, sino renovado.
La tierra aísla y protege térmicamente los entornos técnicos y de envejecimiento, recuperando su valor y centralidad; se crea así una nueva dimensión de trabajo en la que las pendientes facilitan la manipulación del producto.
El uso de procesos sostenibles que aprovechan la gravedad para el paso de la uva de las tolvas de vendimia a las cubas de fermentación hace de esta joya de la región de Chianti una combinación perfecta de naturaleza y fábrica.
Las uvas recogidas a mano, gracias a una tolva vibratoria, se transportan dentro de máquinas despalilladoras-trituradoras sin ayuda de componentes mecánicos para preservar la integridad de la fruta; a continuación, el mosto, junto con los hollejos, pasa a través de un conducto de acero a los depósitos donde tiene lugar el proceso de vinificación a temperatura controlada.
Las particulares instalaciones de producción de esta bodega permiten una fusión de innovación, tecnología y tradición, posibilitando la creación de vinos de alta calidad.